La convivencia entre perros y niños puede ser una experiencia increíblemente enriquecedora para toda la familia, pero también requiere atención y cuidado para garantizar la seguridad de tod@s. En un hogar multiespecie, es fundamental crear un ambiente donde tanto perros como niñ@s se sientan cómodos y respetados.
Soy Tamara Hernán, especialista en crear buenas convivencias entre perros y niños desde la preparación antes del nacimiento del bebé y pasando por los periodos más delicados de la adaptación y desarrollo del niño/a.
Mi especialidad es la Crianza Multiespecie y hoy estoy aquí para contarte cómo puedes crear un ambiente calmado y respetuoso entre tu perro y tu hij@ para que tu casa se convierta en ese espacio seguro para ambos.
Crea un ambiente seguro para perros y niños
Hoy quiero compartir contigo algunas pautas clave para que esta convivencia sea no solo segura, sino también positiva y coherente, ayudando a construir un vínculo fuerte y saludable entre tu perro y tu peque.
¡Vamos a por las ellas!
Y aprende los mejores tips que encontrarás sobre perros y peques para lograr una convivencia segura, coherente y respetuosa entre ellos.
1. Entiende el lenguaje corporal de tu perro
Para evitar malentendidos entre tu perro y tu hij@, es crucial que aprendas a interpretar el lenguaje corporal de tu perro. Él se comunica principalmente a través de posturas y señales, y reconocer cuándo se siente estresado, incómodo o feliz te permitirá intervenir a tiempo para evitar situaciones de riesgo.
Algunas señales de estrés en las que te tienes que fijar son:
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Orejas hacia atrás o cuerpo encorvado
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Bostezos, lamidos de labios o giros de cabeza.
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Cola baja o entre las piernas.
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Quietud y tensión.
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Excitación con movimientos rápidos e impredecibles (fácilmente confundible con juego).
Si notas alguna de estas señales, es importante intentar parar la interacción o escena que se esté dando, darle espacio a tu perro para que se sienta seguro y pedir asesoramiento profesional para evitar que escale su comunicación y puedas tener un susto.
Te dejo por aquí mi post sobre lenguaje canino, no dejes de verlo si tienes ganas de aprender más sobre qué te está intentando decir tu perro (ellos se comunican todo el tiempo, aunque no nos demos cuenta).
2. Comunícate de forma amable y coherente.
Es muy común que sientas que necesitas controlar la situación y lo más frecuente es que lo hagas enseñándole obediencia a tu perro y poniendo límites que pueden ser repentinos e incoherentes.
¿Quieres comprobar qué tipo de control ejerces sobre tu perro? Vamos a comprobarlo.
¿Te identificas con alguna de estas frases?
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Sientes miedo y le sacas de tu habitación al llegar el bebé.
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Piensas que el bebé puede enfermar gateando por el suelo por donde pisa el perro y por ello le limitas el espacio repentinamente
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Le dices ¡NO! por chupar al bebé y en otras ocasiones le dices que muy bien por esos besitos.
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Dejas de saludar al perro al llegar a casa para eludir su efusividad.
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Le abrazas y besas delante de tu bebé pero luego al bebé se lo impides.
Si te identificas con alguna de ellas es lo más normal y no te juzgo. Son fruto de la inseguridad en el momento vital en el que estás, porque quieres que se lleve bien con tu bebé pero a la vez que lo respete, y no encuentras el término medio.
Lo más importante es que conectes con su necesidad emocional y la puedas cubrir o derivar sin entrar en conflicto con tu perro. Los límites pueden ser firmes y coherentes sin ser autoritarios.
3. Establece espacios seguros para ambos
Un ambiente seguro implica crear zonas integrativas y otras zonas delimitadas donde tanto tu perro como tu hij@ puedan compartir si les apetece y también tener su espacio personal. Este tipo de configuración les dará la libertad de interactuar cuando se sientan cómodos, pero también les permitirá retirarse cuando necesiten descansar o estar solos.
Algunas ideas que puedes implementar incluyen:
- Camas o refugios donde tu perro pueda relajarse sin ser molestado.
- Zonas de juego seguras para tu hij@ que no interfieran en el espacio del perro, donde el acceso de éste sea controlado para evitar accidentes involuntarios.
- Tu cuerpo como límite o barrera de espacio entre ambos, como ves en la foto (te dejo aquí mi regla de oro para los espacios compartidos: tu cuerpo es la barrera más respetuosa y natural que puedes usar para proteger el espacio de perro y peque cuando estén juntos en el suelo).
4. Supervisión activa y anticipación
La clave para evitar problemas entre perros y niñ@s es una supervisión activa. Especialmente cuando tu hij@ es muy pequeñ@ y aún no entiende los límites, es importante que nunca dejes a ambos sin supervisión, ya que un gesto inocente de tu peque podría incomodar a tu perro, resultando en una reacción inesperada.
MI CONSEJO: Cuando no puedas supervisar, anticípate utilizando los espacios seguros y las barreras físicas como portabebés, puertas para bebés o vallas para garantizar la seguridad de ambos siempre y cuando tu perro las tolere y no las sienta como un castigo.
También puedes anticiparte con alternativas que entretengan a uno y llevarte al otro contigo donde sí lo puedas supervisar (indistintamente perro o bebé).
5. Educa a tu hij@ sobre el respeto hacia los animales
Una convivencia respetuosa comienza por enseñar a tu hij@ cómo interactuar correctamente con su compañero animal. Explícale la importancia de:
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Pedir permiso y tocar con suavidad si el perro lo tolera. Hacer hincapié en no tirar de las orejas, la cola o el pelo.
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Respetar el espacio personal (burbuja) del perro: Evitar abrazar o besar a tu perro de manera brusca.
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Respetar los momentos de descanso de tu perro, especialmente cuando está en su cama o comiendo.
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Andar despacio y sin gritar cercar del perro (tuyo y de cualquier otro animal).
Es muy importante explicar el límite (lo que no) y el ejemplo de lo que sí puede hacer. La mayoría de las familias tienen la problemática de que sus hijos “no entienden» los límites, cuando lo que necesitan son las opciones que sí pueden hacer.
Fomentar este tipo de comportamiento desde pequeñ@s contribuirá a una relación basada en el respeto y la confianza. Adaptar esa comunicación a la etapa de desarrollo de tu bebé será la clave del éxito. Te doy algunas ideas:
- Con canciones
- Con dibujos / láminas educativas
- Con juegos o peluches
- Con gestos
- Con cuentos
6. Crea escenarios de calma y predecibles.
Para que tu perro se sienta seguro en un hogar donde convive con niñ@s, es fundamental que los ambientes que comparten sean calmados y predecibles. Los perros son animales que responden muy bien a la estructura y consistencia, por lo que es clave que generes un entorno de tranquilidad relacionado al espacio del suelo en el que tanto tiempo pasará tu peque.
Algunas ideas que puedes poner en práctica incluyen:
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Crear momentos de calma compartida, como sesiones de caricias suaves en un ambiente tranquilo.
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Evitar ruidos excesivos o juegos bruscos cerca del lugar de descanso de tu perro.
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Asociar esa calma a un espacio determinado de quita y pon como una alfombra, toalla o esterilla, para que cuando necesites infundir calma en el suelo, puedas sacar esa alfombra y dejar que tu perro os acompañe desde ese estado de tranquilidad.
Cuando tu perro puede anticipar lo que sucederá y los momentos de calma están asegurados, será más fácil para él relajarse y disfrutar de la convivencia con tu hij@ de una forma segura y serena.
Crear un ambiente seguro y positivo para perros y niñ@s en una familia multiespecie no es solo posible, sino que puede mejorar completamente tu día a día con tu familia multiespecie.
Siguiendo estas pautas generales, podrás fomentar una convivencia respetuosa y armoniosa donde tu hij@ y tu perro crezcan juntos, aprendiendo mutuamente y asentando las bases de su futuro vínculo día a día.
Si crees que necesitas pautas más concretas adaptadas a tu situación familiar, puedo ayudarte con los Packs Personalizados, con los que podré asesorarte personalmente sobre la preparación, adaptación o convivencia de tu familia multiespecie con perros y niñ@s.
Y recuerda: el recurso más importante que tienes para crear un ambiente seguro entre tu perro y tu bebé eres tú misma. Si transmites calma, respeto y tranquilidad, ya tienes la mitad del camino hecho.
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