En tu familia multiespecie, entender el lenguaje canino no es un lujo, sino una necesidad para proteger a quienes más quieres: tus peques. Cada gesto, cada posición de orejas o cola, puede anticipar el bienestar o el malestar de tu perro y ayudarte a prevenir posibles riesgos.
En este artículo, quiero apoyarme de las aportaciones más recientes de la ciencia sobre la comunicación de los perros y ofrecerte pautas prácticas para que puedas aprender a interpretar correctamente estas señales, reduciendo riesgos y fortaleciendo vuestro vínculo.
Ese vínculo que, a veces, tanto miedo da que se pierda o se dañe con la llegada del peque.


Soy Tamara Hernán, especialista en crear buenas convivencias entre perros y niños desde la preparación antes del nacimiento del bebé y pasando por los periodos más delicados de la adaptación y desarrollo del niño/a.
Mi especialidad es la Crianza Multiespecie®️ y hoy estoy aquí para ayudarte a traducir el lenguaje canino en seguridad, empatía y conexión en tu hogar multiespecie.
Lenguaje canino y Crianza Multiespecie
Y no te pierdas nada sobre una convivencia respetuosa y segura entre tu perro y tu bebé.

El lenguaje canino: una herramienta esencial para vuestra convivencia
Los perros se expresan principalmente a través de señales corporales: la posición de la cola (movimientos suaves o rígidos), la tensión muscular, las vocalizaciones y la mirada.
- Las señales de calma – bostezos, girar la cabeza, lamerse el morro – comunican a otros (incluidos l@s niñ@s) “todo está bien” o “necesito espacio”.
- Por el contrario, signos de estrés o ansiedad – moverse inquieto, orejas tensas o gruñidos – alertan de que la situación puede derivar en un problema si no se atiende a tiempo.
Enseñar a los peques y adultos a reconocer y respetar estas señales es clave tanto para prevenir mordeduras como para promover interacciones positivas y fortalecer el vínculo.

Estudios científicos que respaldan la comprensión del lenguaje canino
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Una formación breve también puede reducir riesgos
Un estudio longitudinal de la universidad de Lincoln de 2018 evaluó cómo niñ@s de 3 a 5 años y sus familias mejoraban al interpretar señales de estrés en perros tras una sesión formativa breve.
Tanto peques como adultos incrementaron su capacidad para identificar gruñidos, postura tensa y otros indicadores de malestar, adaptando su conducta y reduciendo los incidentes.
¿Y sabes qué? ¡Estas mejoras se mantuvieron meses después!, demostrando que hasta un pequeño aprendizaje puede durar mucho tiempo si lo has interiorizado.
Consejo: Organiza sesiones lúdicas de “juego de señales” con tu peque:
Utiliza tarjetas con ilustraciones de cada señal y anima a tu peque a adivinar si el perro está tranquilo o preocupado.
Adapta el lenguaje y las explicaciones a la edad de tu peque e intenta contextualizar los motivos, ofreciéndole alternativas para que no se frustre.
Por ejemplo: en vez de abrazar para mostrarle cariño, que le tire besitos con la mano.
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Impacto en el desarrollo socio-cognitivo
Una revisión de octubre de 2024 muestra que la calidad de la convivencia perro-niño (es decir, la habilidad de los peques para sintonizar con el estado emocional del animal) influye positivamente en el desarrollo social y cognitivo. L@s niñ@s que aprenden a leer el lenguaje canino mejoran su empatía, autonomía y motivación en actividades académicas, gracias al “amortiguador social” que ofrece un vínculo respetuoso con el perro.
Consejo: Fomenta actividades conjuntas orientadas a la calma, como sesiones de caricias suaves bajo supervisión.
Así tu hij@ podrá observar la reacción de vuestro perro y ajustar su acercamiento según las señales de confort o incomodidad que éste muestre.
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A veces subestimamos la ansiedad canina
Investigaciones muestran que l@s adult@s, incluso con experiencia, a menudo pasan por alto señales de miedo o ansiedad en el perro durante la interacción con niñ@s.
Conductas como orejas hacia atrás, rigidez corporal o evitación pueden malinterpretarse, incrementando el riesgo de que la situación escale (y se vuelva peligrosa).
Reconocer que tu perro puede sufrir estrés es el primer paso para ofrecerle un espacio seguro y evitar conductas indeseadas. Mira esta evaluación científica para saber más sobre el estrés y la ansiedad de tu perro.
Consejo: Crea “zonas de desconexión” en casa:
Rincones tranquilos con su camita y juguetes de morder que tu perro identifique como refugio.
Enseña a tu peque a respetar estas áreas y a usar una palabra clave (“zona de calma”) antes de acercarse.

Consejos prácticos para las familias multiespecie
Crear una buena convivencia entre niñ@s y perros no depende solo de la buena voluntad: requiere herramientas, acompañamiento y pequeñas acciones cotidianas. Aquí tienes algunas ideas sencillas y efectivas para integrar el lenguaje canino en el día a día de tu familia multiespecie, reforzar vuestro vínculo y prevenir conflictos desde el respeto mutuo.
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Juegos de rol con peluches y tarjetas de señales
Diseña tarjetas con ilustraciones de señales (bostezo, lamerse el morro, gruñido) y juega con tus hij@s a emparejarlas con “estoy tranquilo” o “necesito espacio”.
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Supervisión activa
Nunca dejes sol@ a un niñ@ y a un perro sin vigilancia. Mantén supervisión visual y participa en la interacción.
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Refuerzo positivo conjunto
Las buenas experiencias son autorreforzantes. Esto fomenta que se repita para ambas partes.
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Sesiones breves y frecuentes
Es mejor un espacio conjunto diario diario de 5–10 minutos que una sola sesión larga a la semana; así el aprendizaje se integra con naturalidad en vuestra rutina.
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Acompañamiento profesional
Si observas conductas persistentes de estrés o dificultades en la convivencia, contacta con un educador/a canino especializado en Crianza Multiespecie® para diseñar un plan personalizado.
Libros que te recomiendo
Si quieres seguir profundizando en la comprensión del lenguaje canino y en cómo aplicarlo en la convivencia familiar, estos libros pueden convertirse en grandes aliados. Son recursos claros, accesibles y llenos de ejemplos prácticos para acompañarte en el camino hacia una Crianza Multiespecie más consciente.
- El Lenguaje de los Perros: Las Señales de Calma de Turid Rugaas.
- Doggie Language de Lili Chin.
- El mío: un libro de consulta y manual para la Crianza Multiespecie qué está en el horno (apúntate desde aqui a la newsletter para acceder a la preventa).

Comprender el lenguaje canino es fundamental para garantizar una convivencia armónica y segura entre perros y niñ@s.
Una vez más, la investigación y la ciencia nos demuestran que, con formación adecuada, todos en la familia pueden aprender a reconocer señales de calma y estrés, reduciendo riesgos y fortaleciendo un vínculo afectivo que beneficia tanto al perro como al peque.
Un hogar donde se escucha también a quienes no hablan es un hogar donde florece la empatía.
No hace falta hacerlo perfecto, solo hacerlo con conciencia y cariño. Tu familia —humana y peluda— lo agradecerá.
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